domingo, 10 de julio de 2016

La suerte es tenerte, amor.

Definirlo, tal vez, como decía J. Sabina: “Y sin embargo, cuando duermo sin ti, contigo sueño."
Tu olor al besarme. Esa buena sensación que dejas en mi cuando te vas. Compartir confidencias. Que aparezcas por detrás y me abraces, de esa manera tan tuya que hace sentirme a salvo. Tu sonrisa pícara al verme sexy. Desayuno improvisado en la cama, si, con zumo recién exprimido como a mí me gusta.
Hacer (nos) fotos “artísticas” de esas en que simplemente se aprecia nuestra sombra reflejada en una pared o de esas que te hago mientras lees con atención ese libro que tan enganchado te tiene. De esas fotos en que sales pensativo, atractivo, tú. Levantarme después que tú y que la casa huela a ti. Desnudarme sin quitarme la ropa.
Que innovar y descubrir sea nuestro lema incluso en la comida. Tu positividad y esa fuerza a la hora de hacérmela llegar. Escucharte hablar, mi rato preferido del día. Un viernes sencillo para nosotros, una cerveza bien fría y el poeta cantando, flojito, de fondo. Sensación de calor al rozarnos, pasión. Solo tus manos consiguen ese efecto en mí. Tu intimidad y la mía,nuestra, y de nadie más. Contigo me da igual, lunes que viernes, las 8 de la mañana o las 12 de la noche, contigo no importa el dónde y el cómo. Qué bien sienta esto, de dejarse llevar. Para nosotros, "quédate a dormir" o "tengo ganas de verte" suficientes para expresar un te quiero.
Sabes? La suerte no es tenerla, es tenerte, amor.