En cada relación y en cada experiencia
se nos ofrece un don inapreciable. Cuanto antes puedas verlo, antes serás capaz
de superar el dolor. Asfixia. Mentiste tanto que no dejaste nada real para
extrañar. Llanto. El sufrimiento puede ensanchar tu corazón y dejar más sitio
para el amor y la alegría. Debes renunciar a quedarte y comenzar a andar.
Aferrarte, anclarte para no sufrir la pérdida. Decepción. Rabia. Si no me
preocupo por perseguir yo mi propia felicidad, no será ella la que me persiga a
mí. El ritmo del olvido es proporcional a la importancia de lo olvidado. La
realidad es que tienes todo lo que necesitas solo que no eres capaz de verlo.
Ojalá ahora que no puedes verme sea cuando más guapa me imagines. Cerrar
ventanas. Confusión. Abrir puertas. Recuerdos, aun.
Saber es una cosa y sentir es otra muy
distinta, es posible que tus sentimientos tarden un tiempo en ponerse al mismo
nivel que tu conocimiento pero, sé paciente, ya llegará su momento. Poner en
orden la vida, tu vida. Buscar y encontrarte. Paciencia. Sonrisa. Metas.
Indiferencia hacia lo innecesario. Esa magia cómplice de todos los comienzos.
Dudas. Miedos. Pero ilusión. A veces hay que dejarse llevar por esa persona que
llega y te empuja a hacer cosas que creías imposible. Decir “no pasa nada”
cuando en realidad, por nuestro corazón está pasando todo. Sonrisas
cómplices.
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