Y se para a
pensar. No logra entender como ha llegado ese punto en el que ella es la
razón de su felicidad. Ella. Ella que tiene todo lo que él necesita, aunque a
veces le vuelva loco cuando no deja de hablar contándole sus problemas, o
aunque rara vez llegue puntual a uno de sus encuentros. Aunque a veces no
entienda parte de ese lenguaje que utilizan las mujeres para expresarse, aunque
a veces no entienda algunos de sus arrebatos en una discusión. Es ella.
Totalidad, plenitud. Está seguro de sus sentimientos por ella. Nunca nadie le
había hecho sentir así. Sabe que eso es lo que quiere. Sabe que no hay persona
que pueda llenarle como ella lo hace. Y lo sabe porque al despertar, la primera
imagen que le viene a la mente, es ella. Ella y su cara. Ella enfadada. Ella
sonriente. Ella.
S.C
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