jueves, 14 de enero de 2016

Amor cobarde.

No intentes convencerme, no me creo que el amor sea esto. No creo en un amor formado por estos restos, por estas migajas. Si no estás dispuesto a amar, entonces vete, pero no me hagas creer que esto es lo que me merezco, que esto es el verdadero significado de amar. 

Me entregué, di lo mejor de mi, sin miedo al rechazo, sin miedo al fracaso. La verdad es que conseguiste lo que muchos no pudieron, hacerme sentir de nuevo y ilusionarme hasta el punto que te quise, te quise de verdad. Fue una lástima que no fuera recíproco, que no quisieras luchar, fue un amor que tuvo miedo a entregarse de verdad. 

Queda el recuerdo de promesas incumplidas, de medias sonrisas, de falsos "te quiero". Aprendí que hay amores que no lo pueden todo, que no quiero palabras sino hechos,  que no todas las historias tienen que acabar bien, que cualquier momento puede ser el último, aprendí que hay sonrisas que simplemente no nos pertenecen. 

A pesar de esto, sigo creyendo. Creo en la ilusión, en las famosas mariposas en el estómago, en los abrazos de verdad, en la sonrisa en mitad de un beso, en las tardes de sofá, en los detalles románticos, en las miradas que dicen más que mil palabras... En definitiva, en el amor. 


S.C






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