domingo, 10 de enero de 2016

Perdona, pero de verdad.

Perdonar, que difícil es esto. Olvidar nuestro dolor, pensar en los demás, sopesar las cosas y reconocer que nosotros también podemos cometer errores en alguna ocasión.
Perdonar, si, pero si se hace que sea de verdad. 

Dicen que quien perdona, es porque ha querido de verdad. No es fácil, porque el perdón llega cuando los dos ya os habéis podido recuperar, cuando ya se ha cicatrizado, pero si llega, que sea de verdad.
Y no, no es sencillo perdonar, pero tampoco lo es pronunciar un “te perdono”. Y esto no es, te perdono y ya está. Hay que perdonar, y perdonar todo lo que haga falta, desde el principio hasta el fin. Y no, no finjamos que no ha pasado nada, porque la importante es perdonar pero tener claro el porqué. Las cosas han pasado, y lejos de separarnos nos ha unido mucho más. Ahí, en ese momento, es cuando sabes que el perdón es de verdad; si no es así, sintiéndolo mucho, es que no has sido capaz de perdonar con sinceridad.  
Cuando sientes que esta segunda oportunidad, es ciertamente una primera, notar en la otra persona la misma felicidad, la misma complicidad que antes de que pasara todo, creer igual o más en la relación… Entonces sí, has perdonado.


Y ahora, solo tienes que pensar en perdonar a quien haya que perdonar y volver a sonreír, volver a sonreír de verdad, abrazar, sentir… En definitiva, volver a hacer magia. 

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