Perdonar, que difícil es esto.
Olvidar nuestro dolor, pensar en los demás, sopesar las cosas y reconocer que
nosotros también podemos cometer errores en alguna ocasión.
Perdonar, si, pero si se hace que
sea de verdad.
Dicen que quien perdona, es
porque ha querido de verdad. No es fácil, porque el perdón llega cuando los dos
ya os habéis podido recuperar, cuando ya se ha cicatrizado, pero si llega, que
sea de verdad.
Y no, no es sencillo perdonar,
pero tampoco lo es pronunciar un “te perdono”. Y esto no es, te perdono y ya
está. Hay que perdonar, y perdonar todo lo que haga falta, desde el principio
hasta el fin. Y no, no finjamos que no ha pasado nada, porque la importante es
perdonar pero tener claro el porqué. Las cosas han pasado, y lejos de
separarnos nos ha unido mucho más. Ahí, en ese momento, es cuando sabes que el perdón
es de verdad; si no es así, sintiéndolo mucho, es que no has sido capaz de
perdonar con sinceridad.
Cuando sientes que esta segunda
oportunidad, es ciertamente una primera, notar en la otra persona la misma
felicidad, la misma complicidad que antes de que pasara todo, creer igual o más
en la relación… Entonces sí, has perdonado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario